CIUDADELA SAN LUIS (EL ESCOBERO)
Agosto 26 de 2020
CONOZCA EL ORIGEN DE LOS NOMBRES DE LAS LOMAS ENVIGADEÑAS
Envigado,Mayo 22, 2018
Cuatro altos tiene Envigado. Esos miradores son el punto de llegada de tanta loma que nos rodea. Lomas de nombres curiosos que queremos compartir con ustedes.
Tan quebrada como la topografía del Valle del Aburrá es la de Envigado, municipio de lomas, caminos y altos. Así lo explica el historiador y conocedor de esta Ciudad Señorial, Carlos Gaviria, a quien consultamos para conocer un poco sobre los curiosos nombres de esas zonas ‘lomeras’ que nos rodean.
Antes de contarles, conozcan una condición especial de Envigado: “En una parte del territorio urbano hay una meseta (aquella donde se ubican la iglesia Santa Gertrudis y el parque principal). Esto fue un talud que esculpió el río Medellín hace millones de años, viene desde El Poblado y termina después de El Dorado. Esto hace que el municipio tenga terrenos muy planos, otros más o menos inclinados, otros de loma a loma y otros agrestes”, dijo Carlos, y se enfocó en los más pendientes, los que terminan en 4 altos (ver recuadro). Aquí se los presentamos, tal como él los compartió con nosotros:
Por Luisa Fernanda Angel
Un lugar color verde esmeralda
Según Gaviria, para los historiadores las raíces del nombre de la loma El Esmeraldal no son claras, pues parte mucho de la fuente oral, razón por la cual hay diferentes explicaciones. La más conocida se relaciona con el hecho de que, en la época de los años 30, más o menos, esta zona era muy verde, tenía muchos árboles de plátano y algunos plantíos de café. Ese verdor y esa combinación entre naturaleza tradicional y cultivos le daban una tonalidad especial. Algo así como un color verde esmeralda, pero —insistió el historiador— es casi un misterio saber la causa real de este nombre.
Esta loma llega a un punto en el que se conecta con la transversal Intermedia, que a su vez va a El Escobero y de ahí, al alto de Las Palmas.
Allí no es que habitaran brujas
Hay a quienes les gusta pensar que en Las Brujas vivían mujeres de ese tipo, pero nada de eso. También, como parte de la fuente oral, se dice que en el terreno había unas hermanas beatas que fabricaban escobas en alguna finca dentro del recorrido de la loma (como era común en el municipio, las antiguas fincas tenían grandes extensiones), aunque no se sabe con precisión si el nombre de la loma nació precisamente por la casa de ellas, puesto que hubo otra muy famosa, conocida por su trapiche. Lo cierto es que con gracia relacionaban las escobas con el uso que le daría una bruja de cuento. Hoy esta loma también llega a Las Palmas, en una ruta que conecta de manera similar a la de El Esmeraldal.
El que pisara un chocho iba pa’bajo
Para Carlos el nombre de la loma El Chocho es, de los antiguos —quizás desde antes de la década del 30—, uno de los más bonitos. Antes, cuando no había sido pavimentada, esta loma era un camino de herradura, destapado y muy pantanoso, pero lo bordeaban puros árboles de chochos, esas pequeñas bolitas con las que algunas personas hacen collares (las que se deben coger verdes para ensartarlas en un hilo hasta secar y que quedan duras como roca; al final casi siempre quedan rojas, aunque hay de varios colores). El caso es que cuando esos árboles soltaban los chochos, estos corrían loma abajo, y, según cuentan, en ocasiones las personas los pisaban, se caían y también rodaban. Yendo hasta la Intermedia esta loma va a Las Palmas.
Donde se hacían y vendían escobas
El Escobero, una pendiente de nombre particular por la que se llega al alto de Las Palmas. Antes no se llamaba así, sino que era parte de un territorio muy grande llamado El Chinguí (hoy, barrio). Resulta que el ‘Viejo Chinguí’ tenía una proporción de terreno enorme, pero por la conformación de las Jac (Juntas de Acción Comunal) se fueron desagregando los territorios, a la vez que obtenían una autonomía desde lo social, y tomaron diferentes nombres para conseguir recursos directos, cada uno como tierra reconocible (así nacieron también El Salado, Arenales, La Mina; antes, todos de El Chinguí). El nombre de El Escobero se debe a que en la zona abundaban árboles de los que usualmente se utilizaban para hacer escobas, y allí había personas que se dedicaban a fabricarlas y venderlas.
Los monjes inmortalizaron su nombre
Cerca de las quebradas La Honda, La Hondita y Zúñiga, justo en el barrio que lleva este último nombre, está la loma Los Benedictinos, frontera natural entre Envigado y Medellín. Se llama así porque allí llegaron los sacerdotes de esa comunidad e instalaron su monasterio (antes era la loma de Zúñiga). Muy cerca queda el sector conocido como La Abadía y, de hecho, los nombres de lugares cercanos guardan relación. Es que cuando se habla de una abadía de un monasterio es el lugar donde está el abad (jefe del monasterio, el máximo cargo que tienen los monjes), es su oficina. La de Los Benedictinos estaba ubicada donde hoy se encuentra el colegio bautizado con el mismo nombre de esta loma (colegio que pertenece a los monjes).
De Medellín a Oriente, esquivando Envigado
El nombre de esta loma es un nombre atravesado, responde a este hecho: hay un camino que conduce de Medellín a Envigado y hoy se conoce como la av. El Poblado (Fernando González), y desde Envigado sale otro que va hacia Oriente, llega al alto de Las Palmas y después va a Rionegro y más allá. Pero antes cuando alguien quería ir de Medellín a Rionegro sin pasar por Envigado, tomaba el camino del Atravesado. Era un atajo no conformado por un solo camino, sino por un conjunto de servidumbres que atravesaban las fincas. El algún momento, y por la fuerza del uso, quedó como camino público y se atravesó; este atajo les ahorraba a esas personas medio día de camino. Hoy ya es un barrio y se llega a él por donde quedaba el restaurante La Doctora (que hoy es el Cec de El Escobero).
El sitio al que la lluvia volvía un barrizal
Otra loma que le dio el nombre a un barrio: la de Loma del Barro. Es uno de los lugares más altos del municipio y tiene uno de los caminos más empinados. Su nombre lo debe a que este camino era estrecho, tortuoso y difícil (hablamos de la década del 20 en adelante). Cada vez que llovía todo se volvía un barrizal, era la loma llena de barro. Vivir allí era más barato que construir en lo plano, y los obreros que llegaban al municipio, con situaciones económicas más difíciles, construían en este tipo de lugares. A diferencia de las anteriores, esta lleva al alto de Las Flores, por la parte de atrás de este se llega a Sabaneta y por la nororiental se baja a San Rafael.
El alto se llama así porque arriba hay una escuela que desde siempre ha sido decorada con flores.
Son 4 los altos de Envigado
Además del de Las Flores, está el alto de Los Rave, llamado así por la familia que allí vivía. A él se puede llegar por Santa Bárbara hacia arriba y, en lugar de ir hacia Las Cometas, se gira a la izquierda. Por allí se llega, antes, al de Misael. Este último alto recibió el nombre por la finca que quedaba en el mirador, la de don Misael, el de la tienda. Y está el más famoso: el de Las Palmas, él único de los 4 ubicado en la zona rural de Envigado (en la vereda que se llama así, por tanta palma).
Fuente: Periodico Gente